DESDE A LAMA CON AMOR

Hace unos días, en las puertas del Juzgado de lo Penal 1 de Vigo, vi. personalmente a Telmo Domínguez, IBA ESPOSADO y acompañado por dos agentes de la policía nacional, (Por cierto, bastante educados y respetuosos, no como “otros” de un “cuerpo” distinto que van ofreciendo “hostias” a diestro y siniestro, sobre todo cuando les toca turno de noche)

La única vez que le había visto en mi vida, fue hace unos 15 años en la última planta de la central de una FAMOSA ENTIDAD BANCARIA, cuando entonces le trataban como a un señor, por que tenia “SOCIOS DE ALTURA” en diversos “negocios” según contaban las malas lenguas, pero claro, el no se metió en política con “MANDO EN PLAZA” como uno bastante conocido y ejerciendo en la actualidad que le acompañaba aquel lejano día que les vi, seguramente “preparando” alguna SUBASTA de algún pringado que se quedo sin el piso por no pagar la última letra.

Hay una leyenda urbana sobre la vida y obra de Telmo Domínguez González, que no se si se ajusta a la realidad, o no, lo que si se, es que vi algo que no tiene precio en esta vida y de lo cual CARECEN MUCHOS PODEROSOS y acaudalados “señores” de la vida pública.

La presencia, el cariño, el respecto, preocupación y entereza de sus dos hijas hacia su persona allí presentes. Sin avergonzarse de su padre, antes poderoso, ahora esposado, algo que no se consigue con dinero, sino con la ternura entre padres e hijos.

Posiblemente muchos delincuentes de “GUANTE Y CUELLO BLANCO” que populan y andan sueltos por la ciudad y tienen mando político y económico, no puedan disfrutar y presumir precisamente de eso, lo que más valor tiene para el ser humano: QUE LA FAMILIA NO TE FALLE, y menos en los momentos más jodidos de la vida.
Uno puede estar en la LAMA físicamente y llevarlo mucho mejor cuando es sabedor de que los suyos, le tienen constantemente en su mente.

Le deseo toda la suerte del mundo y que salga pronto, ya que en la LAMA, no son delincuentes todos los que están, ni están todos los que son.

Animo, lo peor es la muerte, el resto, todo es superable.

Me decía siempre mi abuelo que era un hombre muy sabio, cuando yo era una niña: NO TE PREOCUPES TANTO, ESO TAMBIEN PASARA…

Ahora que soy una pensionista muy mayor, sigo pensando, que mi abuelo tenía mucha razón.

¡¡ESTO TAMBIEN PASARA!!

Suerte VOLTAIRE-VIGO